martes, 30 de junio de 2009

nuevo capitulo

CAPITULO 9

-Hola a todos.-dijo David dirigiéndose a todos los que asistieron a la reunión.-He convocado esta reunión porque nuestros amigos los vampiros nos han avisado de que hay un asesino al parecer también vampiro que se esconde por estos bosques y se alimenta de personas, los cazadores y ellos necesitan de nuestra ayuda para encontrarlo o encontrarlos.-
Un señor se levantó de su silla y se dirigió hacia David.-Yo estoy con vosotros.-dijo. Casi todos nos ofrecieron su ayuda, tan sólo los más viejos no prestaron su ayuda.



Volvimos al internado después de organizar la búsqueda del asesino, empezaríamos al día siguiente al anochecer.

-No sabía que existían los hombre lobo, aunque no me sorprendió que existieran luego de descubrir que existían los vampiros.-le dije a María-¿Tu y Erick…?-le intenté hacer una pregunta pero no sabía como continuarla.
-Yo y Erick…¿Qué?.-me dijo María
-¿A ti te gusta verdad?-por fin me salió la pregunta.
-Si…un poco…-
-Creo que tu a el también.-dije con una sonrisa
-Bueno pero lo nuestro es casi imposible…el es un licántropo y yo soy una vampira.-dijo con un tono de tristeza.
-Nada es imposible…-le intenté animar. Ella suspiró profundamente y agachó la vista sin mediar palabra, ella seguramente no pensaba lo mismo.

Al llegar al internado Anne y María se fueron a l cafetería con Javier y Enrique.

-No vayamos…-me dijo Guille-vamos a mi habitación.-dijo con un tono de niño mimado.
-Vale…pero luego bajamos aquí con ellos, me apetece que estemos todos reunidos.-
-Si tranquila bajaremos, pero luego.-


Subimos hasta su habitación y nos tumbamos en su cama abrazados. Apagó la luz y empezó a besarme de pronto vino a mi cabeza una imagen escalofriante.

-¡¡Para!!.-grité
-¿Qué pasa?.-dijo el un poco asustado
-He tenido una imagen horrible…-dije casi sin aliento
-¿Qué has visto?-me preguntó intrigado
-De normal veo cosas cuando estoy dormida pero ahora he visto algo que se que no es mi imaginación.-
-¿El que?-dijo cociéndome la mano.
-Van a matar a alguien mas…a un cazador…al amigo de Ernesto…el chico que nunca habla.-
-¿Estas segura?.-me preguntó
-Si…-
-¿Y por que le llamas el chico que nunca habla?.-
-Por que no se su nombre y nunca ha hablado conmigo.-
-Se llama Víctor y si que habla.-
-Debemos avisarlos.-dije muy segura
-Vale…voy contigo.¡Vamos!-y tiro de mi mano para que me levantara.


Nos fuimos en busca de Ernesto por todo el internado hasta que al fin lo encontramos en la biblioteca.

-¡¡Ernesto!!-grité
-¿Qué quieres?-me preguntó con un tono sarcástico
-He tenido una visión…-le dije sin aliento por lo rápido que habíamos ido
-¿Una visión?...¿desde cuando tienes visiones?-me preguntó extrañado
-Puede ser que el don haya evolucionado…-dijo Guille-tal vez porque te mordí
-¡Te dejaste morder por este?-dije Ernesto casi gritando
-Si. Bueno pero eso ahora no es lo importante…¡tu amigo Víctor está en peligro!, no dejes que vaya sólo al bosque.-
-Mierda…no…¡ya se ha ido!-dijo asustado y con la mirada perdida.
-Tenemos que ir rápido en su busca antes de que sea demasiado tarde!!!!!-y tiré de la mano de Ernesto y de Guille.
-Vale. Pero tenemos que avisar a los demás.-dijo Ernesto
-No, no hay tiempo.-dijo Guille

Salimos corriendo del internado y salimos por el ya conocido agujero del muro. Recorrimos casi todos los rincones del bosque pero no había ni rastro de el, de repente oímos un grito escalofriante Guille me subió en brazos y echó a corre detrás pero menos rápido estaba Ernesto, llegamos hasta de donde procedía el grito pero no había nadie más que el cuerpo ya sin vida de Víctor. Ernesto corrió hacia el y se agachó junto al cuerpo intentando reanimarlo y suplicándole que no muriera entre lágrimas pero no hubo remedio, Víctor ya había muerto y por culpa del asesino o asesinos que se escondían por el tenebroso bosque. Había empezado una guerra.
Llamamos a la ambulancia y nos fuimos al internado antes de que llegara. Fuimos hasta la cafetería donde estaban los demás para darles la mala noticia.
La reacción de César fue justo la que me esperaba, no lloró tan sólo se quedó callado y apretando los puños con fuerza para controlar su rabia.

-Debemos acabar con el o con ellos antes de que sea demasiado tarde.-dijo de repente.
-Estoy contigo.-dijo Guille

Ernesto seguía llorando y maldiciendo a los que le habían hecho eso a su amigo. Yo no sabía que hacer, nunca me había enfrentado a algo así, todo esto era demasiado nuevo para mi.

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