domingo, 8 de noviembre de 2009

CAPITUL 9

-¿Quién es tu amiga?-dijo Javier.
-Ella es Elena.-les dije, no sabía como explicarles lo que ocurría.-Resulta…que la otra noche…fui a dar una vuelta sola y vi a una chica que necesitaba ayuda por que dos hombres trataban e hacerle…hacerle cosas y era ella…y hoy me la he vuelto a encontrar y dice que no quiere volver a casa porque su padre la maltrata…-
-¿Y que pintamos nosotros en todo esto?-dijo Guille
-Quiero que me convirtáis…no quiero vivir con mi padre y aún soy menor, tan sólo tengo 14 años, mi madre no se quiere encargar de mi…quiero desaparecer.-dijo Elena
Después de estar como unos diez minutos pensando en que podíamos hacer y en los que pude ver como Elena se ponía nerviosa y se mordió todas las uñas de las manos y creía que llegaría a comerse los dedos, Guille llegó a una solución, nos llamó a todos excepto a Elena y la condición que puso nos pareció correcta.
-Mira vamos a hacer una cosa…creemos que es necesario que esperemos como mínimo una semana, si en una semana tu estas completamente segura de que quieres desaparecer nosotros te convertiremos, pero es necesario que vuelvas a casa para que no nos acusen de secuestro y después de una semana si sigues estando tan segura…pues nos ocuparemos de ello.-le explicó Guille.
-Pero es que yo ya me quiero ir de esa casa…no quiero continuar viviendo en ese infierno…estoy harta de aguantar continuamente insultos y golpes sin sentido.-
-Elena, por favor, sólo danos una semana…sólo queremos eso…y ahora te llevaremos a tu casa.-le dije, yo tampoco quería dejarla con su padre, pero así lo habían decidido.
-Esta bien…Pero una semana, ni una mas!!-dijo Elena
-Ni una más, prometido.-dije con una sonrisa.
Nos despedimos de todos y nos subimos en el coche de Guille, era un jaguar XF, de color negro, nos montamos en el y dejamos a Elena en su casa. Luego Guille condujo hasta mi casa.
-¿Vienes dentro?-le pregunté.
-Claro, ¿lo dudabas?-
-No.-y eché una pequeña risita.
Subimos a mi habitación escalando por el árbol que había junto a mi ventana, se quedó conmigo hasta que amaneció, luego volvió a bajar por el árbol y se fue con su Jaguar XF negro desapareciendo poco a poco.
A las nueve en punto de la mañana bajé por las escaleras y oí como mi madre estaba preparando unas ricas crepes con chocolate que antes tanto me gustaban y ahora me producían arcadas.
-Bueno días mama!!
-Buenos días Aroa, ¿has dormido bien?-
-Si, claro.-menuda mentira, me dolía un poco contarle que su hija adoptiva ahora estaba en parte muerta y ya no dormía y ya no le gustaba comer lo de antes, que su hija había cambiado las ricas ensaladas y las ricas crepes que tanto le gustaban por la sangre recién exprimida de los animales del bosque.
-¿No has tenido calor?-me preguntó extrañada-por que yo me he muerto de calor.
-He tenido un poco, pero sólo al principio, es que estaba muy cansada.-con lo mal que se me daba antes mentir y ahora era una maestra de la mentira, serían los efectos secundarios de ser vampira.

Me senté en la mesa y mi madre me puso en frente las crepes de chocolate, me quedé mirando el plato y entonces empecé a pensar en Elena, era demasiado joven, tenía toda una vida por delante pero luego estaba su padre, ella no podía vivir de ese modo y su madre tampoco quería saber nada de ella, sólo hacía que darle vueltas al asunto, tal vez había otra forma de solucionarlo que no fuera convertirse en vampiro, tal vez podía ser yo la que denunciara los malos tratos y de ese modo lo creerían, aún tenía 14 años hacía como mucho tres años que había dejado de jugar con sus muñecas, yo me convertí en vampira porque no había otra forma de matar a Elia y también por que al ser que más quiero después de mi familia lo es y es la persona con la que quiero estar, pero Elena podía elegir otro camino que no fuera este.
Mientras seguía mirando el plato de crepes pensando en que se podía hacer, el olor cada vez me molestaba más pero tenía que comérmelo para no preocupar a mi madre, la cual me estaba contemplando.
Corté un trozo de crepe y me la llevé a la boca, se puede decir que me la tragué como si fuera un pato y así trozo tras trozo.
-Mama estaban riquísimas.-dije para que no se preocupara.
-Gracias, pero parecía que no te gustaran mucho.-
-Oh!, no, no, me encantan, están muy buenas.-
-Bueno cariño, me tengo que ir a trabajar.-
-Vale, luego nos vemos.-
Era un día nublado y sabía que no tardaría en llover, me encantaba ver llover, me había acostumbrado a ese tiempo en mi estancia en el internado Los Pinos.

Subí a mi habitación y me puse en la venta a contemplar la hermosa lluvia que golpeaba el cristal, para ser verano hoy parecía un día propio de invierno y estaba oscuro para ser las diez de la mañana, un relámpago iluminó el cielo y los cristales de mi ventana vibraron a causa del ruido de un trueno, hoy había vuelto a quedar con Iris y Úrsula, se venían a mi casa a comer y se quedarían hasta que se pusiera el sol, luego vendría a buscarme Guille, le había dicho a mi madre que me quedaba a cenar a su casa y que ya volvería a casa.
Me puse a limpiar la casa y a ordenar la habitación de mi hermano, era lo que le debía por ayudarme a que mis padres no sospecharan nada, era un poco chantajista, su habitación era una leonera, seguramente habría hasta nuevas especies de insectos, calcetines usados en el suelo, un calzoncillo colgado de la silla, unas zapatillas apestosas y más que usadas, un paquete de cigarrillos vacío y la cama deshecha, eso es lo que me había dejado mi hermano.

domingo, 1 de noviembre de 2009

nuevo capitulo despues de muxo tiempoo

CAPITULO 8

-La verdad es que si…no se como os lo vais a tomar…-
-Venga dilo ya.-dijo Iris
-El caso es que ya no tengo ni frío ni calor, no duermo, no como…bueno si que como pero…-
-Oh…creo que ya se que nos quieres contar.-dijo Úrsula.
-(suspiro)…estoy muerta…soy una vampira…-
Las dos se quedaron calladas…Iris tragó saliva y dio un fuerte suspiro.
-¿Por qué te has convertido?-preguntó Úrsula.
-Elia…-
-¿Qué pinta aquí Elia?-dijo Iris
-Era una bruja muy poderosa y la única forma de acabar con ella era que yo me convirtiera en un vampiro.-
-¿Esta muerta?-preguntó Úrsula
-Si. Me tengo que ir…-
-¿Por qué?-preguntó Iris
-Tengo hambre y cuando tengo hambre soy algo peligrosa.-
-Oh, esta bien…ya nos vemos mañana.-dijo Úrsula.
-Vale…adiós.-les dije
-Adiós.-dijo Iris
-Hasta mañana.-me dijo Úrsula.

Me fui de su casa y empecé a deambular otra vez por las calles, en realidad no tenia hambre pero quería evitar un interrogatorio, sabía que empezarían a preguntarme un montón de cosas y no tenía muchas ganas.

Me encontraba en medio de una gran plaza, en un banco vi a una chica sentada y llorando, me sonaba bastante, pero no sabía quien era, me acerqué hasta verla de cerca, vaya…otra vez la misma chica, ¿Qué hacía ahí?.

-¿Otra vez sola?...¿quieres que te maten?-
-No…-dijo sollozando.
-¿Entonces?...-
-No quiero estar en mi casa.-
-¿Por qué?-
-Vivo sola con mi padre y mi padre…es…-y empezó otra vez a llorar.
-¿Ayer también tratabas de escaparte?-
-Si…-
-¿Pero por que?-
-Mi padre…es un borracho, desde que lo dejó mama para irse con uno más joven…y…me maltrata…-
-¿Quieres que lo mate?-lo decía enserio era mi instinto, tenía ganas de matarlo de veras, sobretodo al ver el moratón que llevaba ella en la mejilla.
-No…quiero irme bien lejos de el…-
-No puedo ayudarte con eso.-
-Si puedes…puedes llevarme bien lejos, puedes hacerme desaparecer…y lo sabes.-
-Aún no soy capaz, pero tengo otra forma de ayudarte.-
-¿Cuál?-
-Ves a la policía.-
-No…no me creerían…-
-¿Por qué?-
-Por que estoy fichada, siempre he sido muy problemática.-
-Bien…eh…¿Cómo te llamas?...aún no lo se.-
-Elena.¿Y tu?-
-Aroa.-
-Aroa, necesito ayuda y tu eres la que me va ayudar, es el destino, tu eres mi salvadora.- Vele esta chica estaba totalmente pirada.
-¿Pero que?-
-Aroa, yo creo mucho en todas estas cosas y me eché las cartas y me dijeron que alguien especial iba a ayudarme con mis problemas, tu eres especial, no eres humana y ayer me salvaste.-
-Entonces que se supone que debo hacer?-
-Llevarme contigo.-
No sabia si creerme lo que decía Elena, era todo muy raro…podría ser alguien que quisiera matarme, como otros muchos o una cazadora, pero también podría ser verdad y necesitar de veras mi ayuda, no sabía que hacer.
-Esta bien, puedes venir conmigo, pero no a mi casa, se donde puedes estar bien.-
Llamé a mi hermano al movil.
-¿Qué quieres Aroa¿?-
-Necesito tu ayuda urgentemente, ¿Dónde estas?-
-Ocupado.-
-Vale ya te e entendido, pero de verdad que necesito tu ayuda.-
-¿Dónde estas? Y voy allí.-
-Ven a buscarme a casa.-
Me fui con Elena hasta la puerta de mi casa, a los cinco minutos apareció Alberto con su Audi R8 de color plateado y que tanto me gustaba.
-¿Qué querías?- yo señalé a Elena-¿Quién es?-
-Elena, según dice yo soy una especia de salvadora suya y dice que ahora necesita mi ayuda.-
-¿Y como sabemos que no nos está mintiendo?-
-Yo no estoy mintiendo.-dijo Elena-necesito vuestra ayuda de verdad, lo prometo, no voy a haceros nada.-
-¿Y donde quieres que os lleve.-
-A casa de Guille.-

Nos llevó hasta casa de Guille, no tenía miedo a despertarle ya que el no dormía al igual que yo y que el resto de los vampiros.
Llamé al timbre, se abrió la puerta antes de que terminara el sonido que producía el timbre y apareció su madre, era una mujer realmente guapa, con un cabello largo y de color rojizo, sus ojos eran de color miel y eran grandes, su piel era aún mas blanca que las de los demás vampiros, más que la mía propia y eso que antes de ser una vampira ya la tenía blanca.
-Hola tu debes de ser Aroa.-dijo con su voz casi angelical, era una voz suabe.
-Si.-
-Yo soy Sofía, la madre de Guille y de Javier, ¿Quiénes son tus amigos?-
-Mi hermano y Elena, de ella quiero hablaros.-
-Hermanita yo me voy, adiós.-dijo mi hermano y se subió en su Audi.
-Pasad, no os quedéis ahí.-
Su casa era muy grande, primero estaba la entrada en la cual había una alfombra de color blanco roto y una lámpara antigua, a la derecha había un pasillo y a la izquierda estaba el salón, al cual me dirigí, en el salón estaban las escaleras que conducían a una planta superior, por la cual bajaron Guille y Javier. Guille vino hasta mi y me dio un pequeño beso.
Del pasillo salió otro hombre con el pelo negro como el carbón y los ojos marrones oscuros que parecían casi negros, debía de ser su padre.
-Hola, soy Rayan, el padre de Guille y Javier.-dijo dándome la mano.-¿tu debes de ser Aroa no?-
-Si.-
-¿Quién es tu amiga?-dijo Javier.
-Ella es Elena.-

domingo, 11 de octubre de 2009

NUEVO CAPITULO

CAPITULO 7

Llegó la hora de salir con mis amigas, les puse la escusa de que no podía salir hasta las siete de la tarde por que tenia muchas cosas que hacer.
Vinieron a buscarme a casa, yo llevaba unos pantalones anchos de tela de color morado y una camiseta de tirantes de color blanca, si me la hubiera puesto negra se me hubiera notado demasiado el color pálido de mi piel, me recogí el pelo con una coleta alta y me maquillé un poco para disimular el color blanco.
Abrí la puerta y allí estaban ellas dos Iris y Úrsula, Iris llevaba un vestido azul cielo de tirantes y unas sandalias romanas de color blanco, Úrsula llevaba unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta de manga corta de color amarillo con unas converse también amarillas.

Salimos a dar una vuelta y nos dirigimos a la cafetería más cercana, Railroad , por que tenían mucho calor y yo fingía tenerlo también. Nos sentamos en una mesa situada en una esquina, justo como a nosotras nos gustaba, las dos se pidieron un granizado de limón, yo me pedí una coca-cola, que intentaba beber lo más normal posible sin poner caras raras, con lo que me gustaba la coca-cola y ahora su olor y su sabor eran insoportables para mi.
-¿Qué tal te ha ido el curso Aroa?-me dijo Iris
-Genial, todo aprobado, ¿y a vosotras?-
-A mi al final me a quedado una para septiembre.-dijo Úrsula.-pero la he suspendido con un 4, luego tengo dos sobresalientes, tres notables y cuatro bienes, así que estoy contenta con mis notas.-
-Yo no he suspendido ninguna, todo notables menos tres suficientes.-
-Pues genial, hemos sacado muy buenas notas las tres.-dije con una sonrisa
No sabía si contarles lo que era, ¿Cómo reaccionarían?, reaccionaron muy bien al enterarse de que mi novio y mis otros amigos era unos vampiros y de que era una cazadora, pero…¿Cómo reaccionarían al enterarse de que su amiga era una no-muerto, una chupa sangre, una hija de la noche…una vampira…sólo de pensar que debía abandonar a mis padres, a mi abuela y a mis amigas hacía que me estremeciera, a mis amigas aún podía explicarles que era y que debía de hacer, pero a mis padres y a mi abuela…no podía contarles nada, sería demasiado fuerte para ellos todo esto, era algo muy raro, ¿vampiros en Sagunto?, mis padres sólo estaban acostumbrados a verlos en películas y los situaban en lugares muy alejados de España, no lo entenderían, estaba segura.
Los planes cambiaron, a Úrsula no le habían dado su paga y no teníamos bastante para ir al cine así que alquilamos una película del videoclub y nos fuimos a su casa a verla, era una película romántica, el diario de Noa, mis amigas sólo hacían que llorar en cambio yo no, no era por que fuera una vampira, es que no solía llorar viendo películas de este tipo, en la única en la que lloré fue en Titanic.
-Oye Aroa, estas muy rara…¿Nos tienes que contar algo?-dijo Úrsula.
-Es verdad te he notado muy extraña…creo que si que nos tienes que contar algo.-dijo Iris.
-La verdad es que si.-

lunes, 28 de septiembre de 2009

NUEVO CAPITULO

ESTA ES LA CONTINUCIÓN DE FRIA OSCURIDAD (MUERTA Y FRIA) PARA SABR DE QUE VA LA HISTORIA DEBEIS LEER LAS OTRAS ENTRADAS...

CAPITULO 6

Después de cenar espere a que viniera mi padre y luego me puse a ver la televisión, tuve que fingir que tenia sueño, cuando todos se durmieron salí por la venta de mi habitación y me fui a buscar mi cena, luego de alimentarme me puse a dar vueltas por las calles esperando a que amaneciera y así irme a mi casa, como era viernes mucha gente había salido por la noche, me fui por unas calles donde casi no había luz y por la que casi no pasaba gente, de repente oí como unos gritos de una chica…
-Suéltame…por favor déjame…-estaba llorando, necesitaba ayuda. Pude ver a dos hombres sujetándola e intentando abusar de ella.
-¡HE!-les grite
-Otra más…-dijo uno de ellos acercándose a mí.
Me cogió del brazo.
-¡Estas muy fría!-gritó
-Por que estoy muerta…ahora soltar a la chica si no queréis que os mate.-
-Jajajajajaja…venga putita…no me hagas reír.- Justo cuando dijo eso saqué mis colmillos
-Venga desgraciado, suéltame y dejad que se vaya.-
-¿Qué coño eres?-
-¿De verdad no lo sabes?- el hombre se puso pálido al igual que su amigo y tragó saliva, empezó a sudar.-¿Qué te pasa?, ¿Tienes miedo de una putita?-
-Por favor no nos hagas nada, no volveremos a hacer nada a nadie…-
-¡Marchaos!- Los dos hombres salieron corriendo, la chica estaba asustada, debía de tener unos 16 años.
-Hola. ¿estas bien?-
-¿Eres una vampira?.-dijo con la voz temblorosa
-Si, pero no te voy a hacer nada, ahora vete a tu casa y ten más cuidado la próxima vez.-
-¿Me puedes acompañar a mi casa? Tengo miedo.-
-Esta bien.-

Por el camino fuimos hablando…

-No sabia que los vampiros existiesen…-
-Ni yo…hasta este año.-
-¿Te has convertido este año?-
-Si…es una historia muy larga…-
-¿Y tu no se supone que comes sangre de humanos?-
-Se supone, pero me alimento de animales.-
-Vaya…¿y que mas existe?-
-De todo…licántropos, brujas, duendes…-
-Estoy alucinada…-
-¿Te puedo pedir un favor?-
-Si…-
-No le cuentes nada de esto a nadie.-
-No me creerían.-
-Es verdad.-
-Gracias por ayudarme y por acompañarme a casa.-
-De nada.-
-Adiós.-
-Adiós.-
Me sentía orgullosa de mi misma por haber hecho una buena acción, podría convertirme en una súper heroína, como las de los cómics, esa chica me había recordado a mi cuando tenía 16 años, lo que no sabía entonces es que la vería mas de una vez.
Empezó a amanecer, así que tuve que volver a casa.

Otra vez me lo tuve que pasar mal en la comida, mi madre había hecho espaguetis a la carbonara, recordaba lo buenos que le salían pero su sabor ya no me gustaba, mientras intentaba poner mi mejor cara notaba como mi madre y mi padre me miraban para ver que cara le ponía al plato y mi hermano estaba con su cara de pasárselo en grande, casi no masticaba, me lo tragaba todo lo rápido que podía y luego de postre tuve un helado que había hecho mi madre, también tuve que tragármelo como pude.
Por la tarde había quedado con Iris y Úrsula para ir al cine. No sabía si contarles lo que era, seguramente lo notarían, eran muy listas, lo mejor sería que se lo contara, ellas me lo contaban todo, eran mis amigas, debían de saber la verdad.

viernes, 25 de septiembre de 2009

NUEVO CAPITULO

CAPITULO 5

Llegamos a casa, ya eran las seis de la tarde, había como media hora de camino del internado a casa, pero nos habíamos entretenido un poco y luego no encontrábamos sitio para aparcar el coche, entramos en casa y allí estaba mi madre con su delantal puesto y el pelo recogido. De repente un olor horrible llegó hasta mis orificios nasales, era un olor familiar pero me daba ganas de vomitar, enseguida pude reconocer que era, el olor era de comida, un olor que antes, en mi vida como humana, me gustaba, era el olor a pastel de verduras, pero ahora me daba asco, no me gustaba.
-Hola chicos!, Aroa estoy haciendo tu pastel favorito.-dijo mi madre
-Hola mama.-me dio un fuerte abrazo
-Oye hija, estas muy fría y estas muy pálida, ¿te encuentras bien?-
Si ella supiera…
-Estoy bien mama.- si genial…estoy en parte muerta, mi corazón no late y mi comida favorita es la sangre.
Mientras mi hermano me miraba de reojo.
-Vamos a cenar, vuestro padre llegará tarde.- ya eran las ocho de la tarde.
Allí estaba frente a mi el pastel de verduras que antes tanto me gustaba, que fuera vampiro y solo me alimentara de sangre no quería decir que comer lo que comen los humanos me matara, tan sólo me pasaba con la comida lo mismo que los humanos con la sangre, que me daba ganas de vomitar. Y allí estaba yo sentada, intentando poner mi mejor cara a la comida de mi madre y mi hermano parecía divertirse al ver mis caras de asco.
-¿No me ha salido bueno el pastel hija?-
-Oh! No mama, esta genial como siempre.- seguro que estaba tan bueno como siempre lo que pasa que ya no me gustaba.
-¿Mañana quieres que vayamos a comprarte un bikini?-
-Este año no iré a la playa, me voy con Guille un mes a la montaña.-
-Bueno, pues entonces iremos a comprar cosas para la montaña, ¿Al final que vas a estudiar?-
-Igual me voy a Francia a estudiar francés.-
-¿No piensas ir a la universidad?.-
-No, ya tengo bastantes estudios y como no se que quiero ser pues aprenderé francés y reforzaré el ingles y ya veré luego que hago.-
-Me parece bien hija, de momento tienes estudios, cuando encuentres alguna carrera que te guste de verdad pues entonces ves a la universidad.-
-Sabía que lo entenderías mama.-


-Ya no puedo mas.-dije, me deje un poco del pastel, de normal me lo terminaba, por lo que le extraño a Marina.
-¿No quieres mas?.-
-No estoy llena.-
-¿Y postre?
-No, mama, de verdad estoy llena, es que he comido muy bien en el internado.-dije a modo de escusa.
-Me alegra saber que te alimentas bien en el internado.-
-Si y después nos hemos tomado un helado, antes de llegar a casa.-dijo mi hermano para sacarme del apuro.
Sabía que siempre iba a tener el mismo problema y que habría día que tendría que comer mas, tenia ganas de que llegara Julio para poder irme a pasar el verano con mis amigos, ahora en Junio lo pasaría con mis padres y mis otras amigas Iris y Úrsula.

martes, 22 de septiembre de 2009

capitulo 4

CAPITULO 4

Pero la tranquilidad no duró mucho. De entre las sombras surgieron los dos vampiros, sus ojos era rojos, estaban sedientos de sangre.
-Iros de aquí, este es nuestro territorio.-Dijo Enrique, se suponía que cuando un vampiro le decía a otro vampiro que ese era su territorio, este debía irse a buscar otro territorio, pero estos no hicieron caso.
-Nosotros no hacemos caso a vampiros como vosotros que os alimentáis de animales, queremos este territorio y va a ser nuestro.-dijo uno de ellos
-Pues también tendréis que luchar contra nosotros.-dijo David acompañado de Erick, de Julia y de otro licántropo.
-Y de nosotros.-dijo Ernesto
-Licántropos, vampiros y cazadores juntos, ¿Qué mierda es esto?-dijo el otro vampiro, el más bajito.
Los dos vampiros estaban rodeados o se iban o morirían, y eso lo sabían, eramos demasiados y ellos era muy pocos, solo esperaba que se fueran y que mi premonición no se cumpliera y no atacaran a nadie.
-De acuerdo, nos vamos, este territorio ya esta bien ocupado por lo que veo.-dijo el vampiro más alto. No nos fuimos del bosque hasta que desaparecieron, nos debíamos de asegurar de que se iban de verdad.

Sólo quedaban tres días más de clases y ya habríamos terminado el curso, un curso en el que descubrí que todo lo que creía que sólo existía en los libros era real. Estos tres últimos días pasaron rápidos y aprobé todos los exámenes, tenía el curso aprobado, pero estos meses que quedaban del año era los últimos que estaría con mi familia, luego debía irme, debía celebrar mi cumpleaños de 19 como si tal cosa, lo normal seria que en el curso que estaba tuviera 18 pero es que repetí un año, mi cumpleaños era el 30 de Agosto, debía fingir que cumplía 19, cuando yo sabía que siempre iba a tener 18, era lo único que me dio pena , que ya nunca tendría cumpleaños, ni tomaría el sol, ni comería la paella de mi abuela, toda mi familia moriría y yo seguiría viva. Eso era la parte mala de ser vampira, de ser una no-muerta, de ser una hija de la noche, una chupasangre…
Al menos siempre tendría a mi lado a Guille, pero nunca tendríamos hijos, a no ser que convirtiéramos a alguien, de ese modo pasaría a ser nuestro hijo, yo era la novia de Guille, pero para los vampiros era como su hija.
Por lo que me dí cuanta, habían tres clases de vampiros, los antiguos, que eran horribles criaturas, los que se alimentaban de humanos y nosotros, que nos alimentábamos de animales.
La penúltima noche que pasaba e el internado, la pasé con Guille, terminamos agotados después de dos horas seguidas de sexo, otras parejas acostumbran a fumarse un cigarrillo después de hacerlo, nosotros teníamos un botella de sangre, nos la terminamos enseguida.

Al día siguiente el internado estaba de fiesta y no hicimos nada, a las cinco de la tarde venían a recogernos nuestros padres, así nos daba tiempo de hacernos las maletas.

Decidimos que después del verano hablaríamos sobre irnos a otro lugar a vivir, habíamos pensado en Francia o Italia, uno de esos dos lugares sería nuestra próxima casa, pero de momento nos quedábamos en España.

Y se hicieron las cinco de la tarde, las puertas del internado estaban llenas de coches con los padres de los alumnos que venían a buscar a sus hijos. Pude ver el coche de mi hermano, vino el a buscarme, le di un fuerte beso a Guille y me despedí de los demás.
-Hola hermanita, ¿Qué tal estos último días?-
-Unos vampiros vinieron a visitarnos.-
-¿Qué querían?-
-Quedarse en el bosque. Les dijimos que era nuestro territorio y se fueron, no es plan de que se queden aquí, habrían muchas muertes…se alimentan de humanos.-
-Vaya…vosotros os iréis de aquí ,¿no?.-
-Si, cuando termine el año…-
-¿Puedo ir con vosotros?-
-¿Y tu trabajo?-
-Necesitareis un médico alguna vez, sobretodo si van Ernesto y César, ¿no?-
-Si…Tienes razón.-

El resto del camino lo pasamos en silencio escuchando la música del CD de mi hermano, sonaban canciones de evanecense, paramore, la oreja de van Gogh y muchas otras, que a mi me gustaban, mi hermano y yo teníamos un gusto musical muy parecido.

lunes, 21 de septiembre de 2009

nueva capitulo (muerta y fria)

CAPITULO 3

Otro día de clases como cualquier otro, ya había pasado una semana, ya era Lunes otra vez, sólo tenía ganas de que llegara el último día de clases, se hacía muy pesado, quedaba exactamente una semana, pero era la semana más larga que podía existir, por lo menos para mi.
Era una semana llena de exámenes y entre los estudios, aprender a controlar mis instintos de depredadora y las clases extras que me daba César sobre criaturas sobrenaturales entre las cuales me encontraba yo y mis amigos, casi no tenía tiempo para estar a solas con Guille, mi Guillermo, odia que le llamen Guillermo, prefiere Guille, a mi personalmente me gusta más.
Un día mientras estaba tranquilamente estudiando por la noche, tuve una premonición, como ya no dormía no tenía sueños premonitorios, ahora tenía premoniciones despierta, y se veían con más claridad, parecía ser que la tranquilidad de las dos últimas semanas ya se había terminado, pues unos vampiros había decidido hacernos una visita y no de cortesía.
-Chicas…debo deciros que tendremos visita de unos vampiros y no parecen muy amables.-les dije a María y a Anne.
-¿Y como eran?-dijo María
-Eran dos y los dos era chicos, unos era de pelo castaño claro y corto y no muy alto, el otro era rubio con el pelo también corto y algo gordito. Parecen que buscan comida y no me refiero que vayan a cazar animales, seguramente se hayan enterado de que aquí hay un internado.-
-Es lo más seguro, deberemos estar vigilando de que no maten a nadie y menos ahora que son los últimos días.-dijo Anne
Fuimos a avisar a los demás y decidimos que al día siguiente por la tarde iríamos a dar una vuelta por el bosque.


Amaneció, hoy no hacía sol, era un día lluvioso, genial, me encantaba eso por que así no me dolían los ojos, fuimos a clase, estuvimos en la cafetería, hicimos la tarea y luego fuimos al bosque, nos encontramos con Erick y con Julia que iban paseando por le bosque, David había visto en sus visiones a los vampiros, su don era bastante parecido al mío, pero la diferencia era que en los míos podía ver lo que iba a pasar.
Estaba todo tranquilo, ninguna presencia de otros vampiros salvo la nuestra, eso me alivió un poco, con suerte, los muy tontos venían cuando se había terminado las clases, ojala, estaba cansada de luchar, la última vez que lo hice terminé muerta, bueno medio muerta, transformada en vampiro, igual la próxima vez me cortaban la cabeza y entonces si que estaría muerta, muerta y evaporizada, sin rastro de mi.
Estuvimos deambulando todos juntos por el bosque hasta las 5 de la madrugada y no pareció ningún vampiro.
Antes de volver al internado nos fuimos de caza, aún no me había acostumbrado mucho, me daba pena matar a un animalito, pero era la única forma de no matar a personas. Ernesto y César volvieron antes que nosotros.
Volvimos al internado y nos aseamos, volví a tener la misma premonición, veía como se acercaban hacia el internado, había alguien el bosque y ellos estaban acechando a esa persona, iba a ser su comida pero no conseguía ver quien era, tampoco sabía a que hora más o menos era, ni en que parte del bosque, eso me ponía furiosa, así no podía ayudar a nadie, era horrible, apretaba con fuerza los ojos y los puños pero nada, no veía nada más.
Llegó otra vez la noche y salimos al bosque, otra vez estaba todo tranquilo, ni un ruido, ni un olor, nada, nada de nada.