sábado, 4 de julio de 2009

NUEVO CAPITULO

CAPITULO 12

Los días pasaron y todo estaba bastante normal si quitábamos lo de que yo era una cazadora, mi novio era un vampiro, y que tenia amigos vampiros y licántropos, ya habían llegado las navidades así que todos nos fuimos del internado para ir a nuestras casas con nuestras respectivas familias.
Cuando llegué a casa estaba mi madre esperándome en el salón con todos los adornos de navidad y el árbol.
-¡Aroa hoy he terminado antes de trabajar para recibirte y así montamos tu y yo juntas el árbol!-me dijo con esa sonrisa suya de dientes blancos y perfectos, su pelo era castaño oscuro y sus ojos verdes oscuros, llevaba gafas y siempre llevaba las uñas pintadas y largas.
-¡Que bien!, me cambio y bajo enseguida.-le dije mientras me dirigía hacia las escaleras. Subí corriendo las escaleras como siempre lo hacia y entré en mi habitación, me di cuenta de que la habían pintado de nuevo, pero del color que me gustaba, naranja, todo lo demás estaba en su sitio, los libros, el ordenador, el equipo de música, los pósters, los cuadros que me pintó un amigo, había uno que me encantaba, era una ilustración de la ciudad de Nueva York, tenía otro que ponía mi nombre en graffiti, también estaban todas las figuritas en su sitio, sólo tenía figuras de hadas y duendes, me preguntaba si eso también existiría. Abrí el armario y rebusqué dentro para ver que me ponía, encontré unos pantalones de chándal muy calentitos de color gris, me los puse a conjunto de una camiseta de manga corta de color blanco, podía llevar perfectamente manga corta dentro de mi casa ya que estaba la calefacción. Bajé con mi madre y nos pusimos a adornar la casa y a montar el árbol, luego sacó el gran nacimiento que teníamos y los pusimos en el suelo en la entrada de la casa.
Luego de todo esto nos entró tanta hambre que fuimos a la cocina a comernos alguna cosa. Sacó de la nevera lechuga, tomate y brotes de soja e hicimos una rica ensalada, me encantaban las ensaladas, Marina, mi madre, era una buena psicóloga y además era una buena ama de casa y desde hacía trece años una buena madre.
-He hecho tarta de manzana, la que tanto te gusta.-dijo sacándola de la nevera para enseñármela.-la voy a dejar fuera para que no esté fría.
-Que buena pinta tiene.-dije relamiéndome la boca.
-Hoy me ayudarás a hacer la cena para tu hermano y tu padre, ¿vale?-
-Vale, me parece genial.- Mi hermano Alberto hoy también empezaba sus vacaciones de navidad ya que el aún estaba haciendo las prácticas y además las estaba haciendo en el hospital de mi padre, Leonardo, así que mi hermanito estaba bastante enchufado.

Eran las diez de la noche y se abrió la puerta, entró alguien, era mi padre y mi hermano, ya habían llegado, la mesa ya estaba preparada y la cena ye estaba lista, hoy tocaba un delicioso plato de verduras y de postre unas deliciosas fresas con nata. Luego de cenar nos fuimos todos a ver la televisión, mi madre y yo nos empeñamos en ver OT( operación triunfo, Realty para encontrar músicos nuevos), mi hermano y mi padre querían ver el fútbol, así que mi hermano y mi padre se tuvieron que ir al otro televisor.
Me quedé dormida viendo el programa, cuando me desperté ya eran las seis de la mañana, subí a la habitación y continué durmiendo un par de horas más, luego me levanté, me fui a la ducha arrastrando los pies y con legañas aún en los ojos, me metí dentro de la bañera y la llené de agua caliente y me quedé allí dentro como una media hora, me vestí y bajé a la planta de abajo, aún no se había despertado nadie, me fui a la cocina y me preparé un gran tazón de leche y me fui a ver la televisión. A esas horas sólo hacían los programas de dibujos para los niños pequeños, me puse a verlos como cuando era pequeña. Al cabo de una hora se despertaron todos menos Alberto, era un vago, podía dormir veinte horas seguidas recuerdo la primera vez que se fue de fiesta hasta más de las tres, yo tendría diez años, era su cumpleaños de los dieciocho y volvió a casa a las seis de la mañana, no se despertó hasta las nueve de la noche y fue sólo para cenar luego se volvió a acostar.

A las doce y media del medio día sonó el teléfono, fui corriendo a cogerlo, lo descolgué.
-¿Diga?-pregunté
-¿Aroa?-me dijo la otra persona que estaba al otro lado del teléfono.
-Si, soy yo.-
-Soy Guille, ¿te parece bien que hoy por la noche te visite?-
-Si, pero…¿a que hora?-pregunté bajito para que no me oyera mi madre que andaba revoloteando por los alrededores para averiguar con quien estaba hablando.
-Después de cenar.-dijo
-¿A que hora.-
- A las diez y media estaré allí.-y colgó
Que cara dura que tenía.
-¿Quién era Aroa?-me preguntó mi madre
-Un amigo, que viene esta noche a casa.-
-Vale, ¿ a que hora va a venir TU AMIGO?-dijo dándome unos codazos suaves y guiñándome un ojo.
-A las diez y media. Me voy a ordenar mi habitación.-
-De paso despierta a tu hermano.-
En realidad Alberto no era mi hermano de sangre pero lo había sido desde hacía trece años.
-Alberto-le dije mientras lo zarandeaba. De repente me cogió y me tumbó sobre la cama y empezó a hacerme cosquillas.
-¡¡Para!!-le grité
-¿Cuándo has crecido tanto? y ¿Cuándo he envejecido yo?-
-No estas viejo y hace años que crecí.-
-Ten cuidado con los chicos de tu edad, todos buscan lo que buscan…sexo.-El notó como agaché la vista, pues ya hacia tiempo que había tenido sexo con un chico y mi hermano aún creía que era virgen.-Vale…me parece que he llegado un poco tarde para avisarte de eso.-
-Pues si, y hablando de eso hoy viene mi novio aquí luego de cenar así que te tienes que comportar.-le dije apretándole los mofletes.
-Vale, pero que el también se porte bien sobre todo contigo. Si te hace daño pagará por ello.-dijo mientras me apartaba el pelo de la cara y me apretaba el moflete.-
-¡¡Autch!!-grité-me has dejado toda la cara roja con tu pellizco.-dije frotándome la parte que estaba enrojecida.
-¡Venga ves a ordenar tu habitación!!.-me gritó mientras me tiraba la almohada.
Empecé a hacerme la cama y luego bajé corriendo para coger un trapo y limpiar el polvo. Al terminar de ordenar la habitación empecé a probarme ropa, no sabía que ponerme, rebusqué y rebusqué hasta que encontré los vaqueros de pitillo rotos que tanto me gustaban y la camiseta negra en la que ponía un letrero en verde que decía DON’T TOUCH y me puse las converse verdes a conjunto. Me fui al baño y me planché el pelo, ya me llegaba por debajo del pecho y ahora en invierno lo tenía más negro, no me maquillé mucho tan solo me puse algo de sombra de ojos.
La tarde se me hizo eterna esperando a que se hicieran las diez y media, vi la televisión, escuché música, jugué a algunos videojuegos en mi wii y estuve gastándome bromas con mi hermano, era un verdadero bromista.
Llegó la noche y sonó el timbre, fui corriendo hacia la puerta y allí estaba Guille con su mejor sonrisa.

-Hola, ¿así que tu eres Guille?-le dijo mi madre
-Si.-dijo cortado
-Cuídamela.-le dijo mi padre
-Esté seguro de que lo aré.-le dijo con una sonrisa.
Mi hermano solo se limitó a mirarlo de arriba a bajo.
-Y este de aquí es mi hermano Alberto.-le dije a Guille señalando a mi hermano.
-Hola.-
-Hola.-dijo Alberto y se dirigió hacia el salón yo lo seguí luego de pedirle a Guille que se esperara un momento con mis padres.
-¿De que vas?-le dije enfadada
-No.¿De que vas tu trayendo un vampiro a casa?.-Me quedé helada a lo que había dicho mi hermano, ¿Cómo lo sabia?.
-¿Cómo lo sabes?-
-Tengo ocho años más que tu y he visto de todo.-
-El es bueno, te lo puedo asegurar, es diferente fue el y sus amigos los que mataron al asesino del bosque, no era un asesino cualquiera…-
-Ya se que no era un asesino cualquiera…lo único que quiero es que vayas con cuidado con el, que haya matado a un asesino y te quiera no quiere decir que deje de ser un vampiro, su instinto es matar.-
-Tranquilo no me ara nada.-
-Eso espero.-
-¿Te importaría disculparte con el por tu comportamiento y salir fuera como una persona normal?-
-No claro, vamos.-
La noche transcurrió agradable, al final mi hermano se hizo su amigo y Guille hizo muy buenas migas con mis padres. Se marchó sobre las dos de la madrugada de mi casa fingiendo estar cansado cuando en realidad debería estar hambriento.
Mis padres quedaron encantados con y no pararon de hablar de lo bien que les había caído a la mañana siguiente y de lo mucho que les gustaba para mi.
Por la mañana estuve ayudando en casa y luego me fui con mi madre de compras, mi hermano como no se quedó durmiendo toda la mañana y mi padre se fue a trabajar.
Me compré algo de ropa nueva y fui a la peluquería a recortarme las puntas, hacia como tres meses que no iba y tenía todas las puntas abiertas.
Hicimos la compra y luego fuimos a casa a preparar la comida.
-Por cierto, ¿ese collar que llevas era de tu madre verdad?.-me dijo mi madre
-Si, estaba en la caja.-
-¿La conseguiste abrir?-
-Si, se abría con mi otro colgante.-
-Es muy bonito.-
-Si.-
Continuamos preparando la comida, en ese momento pensé como hubiera sido hacer lo mismo con mi verdadera madre y como hubiera sido mi vida, supongo que muy diferente a la de ahora.

1 comentario:

  1. woaaaa!! me encanta tu historia! por fin la he podido terminar de leer y me parece que escribes de maravilla!
    NOs leemos
    bss

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